Pete Banning, protagonista de esta novela, es un excombatiente de la II Guerra Mundial, condecorado en las acciones bélicas que llevaron a la inicial conquista de Filipinas por los japoneses, A su regreso a Clanton, estado de Mississippi, Pete asesina al pastor metodista de la ciudad y se entrega luego a la policía sin dar razones del crimen. Nunca, ni siquiera en el juicio que puede condenarle a la silla eléctrica, aclarará los motivos que le llevaron a perpetrarlo. Los hijos de Pete siguen su vida universitaria, su mujer está internada en un manicomio, sus amigos nada pueden aportar…
Se trata de un relato lento, pesado, relleno de trivialidades, que se alarga en una acción interminable. El autor de la novela no aporta detalles que alumbren lo ocurrido hasta llegar a las 50 páginas finales. No contiene descripciones eróticas, aunque sí escenas crueles, sobre el ajusticiamiento penal o sobre las luchas de guerrilla en Luzón.
Grisham conduce la acción siempre a que los malos reciban de una forma u otra la sanción merecida, sin adherirse a los desórdenes morales que salpican la acción: aborto, suicidio, adulterios, etc. El lector católico advertirá pronto el desamparo en el que el protestantismo deja a sus fieles al privarles del alivio de la reconciliación sacramental.